El GPS no es la panacea universal.
Esta mañana me he levantado a las 12:00 para comenzar lo que sería mi mayor epopeya en carretera, el caso es que he cogido el coche y he ido a Zaragoza, como buen amante de las tecnologías he aprovechado mi Nokia 6110 Navigator con el Route 66 y le he pedido que me llevara al Gran Casa de Zaragoza, todo ha sido perfecto, principalmente porque he cogido la autopista y en un ratín ya estaba comiendo en el Pans & Company de allí. El día iba perfecto, el movil hacía su trabajo y cada vez me fiaba más para que me dirigiera por el montón de calles de Zaragoza sin ningún tipo de pérdida, pero la cosa no podía ser toda igual sino que tenía que torcerse. Ya a las 8 de la tarde había llegado la hora de volver a casa, como soy un chico confiado le he vuelto a pedir al movil que me llevara.
Yo: “Perdone señor movil, ¿le importaría guiarme a casa?” Nokia: “Claro, no habrá problema, ¿Cómo quiere que sea su viaje?” Yo: “El más corto y rápido sin autopistas” Nokia: “Calcularé la ruta para usted […] sígame.”
El viaje iba perfecto, poco a restaba kilómetros a través de la carretera nacional que lleva hasta Logroño, a mi lado estaba la autopista (AP-68) así que no podía ir mal encaminado. Entonces he visto que mi amigo el movil me estaba llevando por otro cruce, como soy un chico confiado, le he hecho caso y gracias a este pequeño detalle un viaje de 2 horas, se ha convertido en un viaje de 4 en las que si la gasolina fuera infinita me podría haber recorrido un tercio de la península. Como detalle dejo una imagen del ruteo que he hecho esta tarde, y un link al mapa para el que lo quiera ver. Después de esta parrafada me gustaría saber si a alguien más le ha sucedido esto, o si conoce a un hijo de la vecina de la amiga de su tía que le pasó, quizás así no me sienta tan gilipollas. Lo dicho, la próxima vez me fijaré en las señales, que aunque a veces parezca que hay en exceso, creo que vienen bien.