El fin del siguiente, siguiente, siguiente...

Hace unos años opinaba que si algo había que agradecer a Windows era su sencillez a la hora de instalar cualquier programa, solo había que introducir el soporte de lo que querías instalar, pinchar dos veces sobre el archivo ejecutable y aporrear el boton de “siguiente” sin olvidarnos de aceptar contratos de 20 hojas en las que podemos estar vendiendo nuestra alma, pero daba igual.

Hace mas o menos cuatro meses que he abandonado la plataforma de Microsoft y me he pasado al software libre de la mano de Ubuntu. Desde la primera versión que probé de GNU Linux las cosas han cambiado mucho y yo tengo muchos mas conocimientos, por lo que el traslado no fue duro, salvo por las dificultades que se plantean al salir de mi rutina, pero esas las cura el tiempo.

Con la llegada de Ubuntu, ha llegado también el fin de los autoinstaladores, aunque también hay paquetes gDebi, pero no los uso, por contra, uso “apt-get install ….”. Creo poder confirmar que instalo más rápido software en mi Ubuntu que un windowsero usando sus instaladores, eso sí, si instalas Ubuntu yo creo que tener una linea de internet es casi obligatorio, ya que el software se descarga directamente de la red y se instala automaticamente incluídas las librerías y demás cosas necesarias para el correcto funcionamiento del mismo.